“Defiendo mi derecho a ser yo mismo, plenamente”.
—Tomás, Él
Tomás salió del armario durante su primer año de preparatoria y se sentía cómodo siendo quien era ante todos, desde muy joven, excepto ante su madre. “Fui a una escuela de artes escénicas muy tolerante, pero todavía no me sentía del todo cómodo conmigo mismo fuera de la escuela. Antes de volver a casa, me cambiaba la ombliguera por un suéter”, cuenta Tomás, que iba a la escuela en Manhattan desde Staten Island. “Estaba cansado y quería ser yo mismo, plenamente”. Cuando finalmente salió del armario ante su madre, se quedó sin casa.
Esta inmensa dificultad fue una oportunidad velada para recuperarse, y su difícil experiencia saliendo del armario ante su madre se convirtió en un estímulo para el autodescubrimiento. Hoy, Tomás solo vive su verdad más plena y llena de color mientras reparte empanadas caseras por la ciudad de Nueva York con su abuela.
“Defiendo la rebeldía, para no tener miedo”.
—Morgin, Ella
Siendo una de las primeras mujeres trans que se sometió a una cirugía de reasignación de sexo financiada por el estado de Nueva York a los 21 años, Morgin aprendió a sentirse cómoda con lo que era al crecer en varios programas de alojamiento con otros jóvenes LGBTQIA+. “Me dieron la oportunidad de ser yo misma” cuenta la artista y escritora nacida en el Bronx. Recuperar su identidad en los programas de alojamiento de la ciudad la convirtió en la mujer que es hoy. “Soy una mujer sin miedo. Soy una artista sin miedo. Soy una persona sin miedo”.
La comunidad le ha brindado un gran apoyo en su camino. “Es una comunidad que defiende la resiliencia, la libertad y el poder”, dice. “Hay mucha fuerza en lo que somos, en vivir nuestras verdades cada día, porque hay mucha gente que está en contra de lo que significa ser quienes somos”.
“Defiendo el derecho a ser quien eres y no quien te digan que seas”.
—Alexa, Elle
El camino compartido de Oskar y Alexa hacia el autodescubrimiento es la característica que ha definido su relación. Oskar creció en Ghana y se mudó a Estados Unidos, sintiendo inseguridad sobre cómo desenvolverse en un género que no se ajustaba a su identidad. Alexa también pasó gran parte de su vida lidiando con etiquetas y constructos. Los últimos tres años juntos han ayudado a Alexa y Oskar a redescubrir quiénes son, trascendiendo lo que la sociedad les dice que sean.
“Salir del armario como persona no binaria ha sido realmente liberador”, afirma Alexa. “Me ayuda a sentir que soy quien soy plenamente porque entiendo que el género es una construcción social y puedo, por mi mera existencia, deconstruir ese constructo. Estoy en proceso de hacerlo, para mí y espero que también en las formas en que me relaciono con los demás”.
“Defiendo lo mucho que tenemos en común”.
—Julian, Él
El actor y bailarín gay Julian, tuvo que salir del armario por fuerza a los 13 años después de que su hermano y dos de sus mejores amigos lo sacaran. “Me llevó mucho tiempo aprender a quererme a mí mismo”, explica Julian.
Cuando Julian tenía 21 años, el nativo de Filadelfia se mudó a Nueva York, donde descubrió The Center, un hogar y espacio de recursos para la comunidad LGBTQIA+ en Manhattan. “The Center me abrió los ojos y el corazón a una comunidad a la que podía pertenecer. Me ayudó no solo a descubrirme a mí mismo, sino también a conocer a otras personas y escuchar sus historias. Me mostró lo mucho que tenemos en común dentro de la comunidad queer. Es algo realmente hermoso”, afirma Julian.
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